El espejismo del marketing
Vivimos en una época donde todo parece resolverse con una buena campaña. Si algo no se vende, se dice que “falta pauta”, “falta diseño”, “falta comunicación”.
Pero pocas veces se revisa lo esencial: ¿el producto es bueno? ¿cumple lo que promete? ¿resuelve algo de forma relevante?
En Abrije lo vemos con frecuencia: marcas que nos buscan creyendo que su problema es de imagen… cuando en realidad es de fondo.
El marketing no maquilla realidades: las expone
Uno de los errores más comunes al comenzar un negocio es pensar que el marketing puede resolver defectos estructurales. Pero el marketing no es maquillaje, es lupa. Una buena estrategia visibiliza lo que ya está ahí: si tu producto es potente, el marketing lo amplificará. Si no lo es, también lo hará evidente.
Por eso, el verdadero trabajo no empieza con una campaña. Empieza con una revisión honesta del producto o servicio.
¿Qué es realmente el marketing?
Según Fundamentos de Marketing de Kotler y Armstrong, el marketing es:
“El proceso mediante el cual las empresas crean valor para los clientes y establecen relaciones sólidas con ellos para obtener a cambio valor del cliente” .
Esta definición nos obliga a dejar de ver al marketing como algo superficial. El marketing comienza mucho antes de que pongas un anuncio: nace en el producto, en su diseño, en cómo se entrega, en la experiencia que ofrece. Solo cuando eso está claro, el branding tiene sentido.
Lo bonito no basta: la estética no sustituye a la calidad
Hay marcas con logos espectaculares, sesiones fotográficas impecables y un feed de Instagram muy cuidado… pero tras el primer contacto, el cliente no regresa. ¿Por qué? Porque no hay coherencia entre lo que se promete y lo que se entrega.
Una marca no se construye con una identidad gráfica. Se construye con una propuesta de valor consistente. Y esa propuesta se demuestra en cada interacción, no en el pitch inicial.
El verdadero trabajo del branding
En Abrije trabajamos con emprendedores que están comenzando desde cero. Uno de nuestros primeros filtros es este: ¿el producto tiene alma, sustancia y valor? Si no lo tiene, no recomendamos avanzar en una estrategia de comunicación. Porque construir sobre algo débil es una forma elegante de perder dinero.
El branding no se trata de decorar. Se trata de darle forma a lo que ya existe, de amplificar una visión que vale la pena compartir.
Un producto mediocre con marketing se vuelve visible… y decepcionante
La visibilidad sin valor es contraproducente. Cuando se lanza un producto al mercado sin estar listo, el cliente se convierte en juez.
Y no perdona. Una vez que una marca decepciona, cuesta mucho más recuperarse que si hubiera esperado a tener un producto verdaderamente valioso.
Si estás comenzando, empieza por la verdad
Antes de pensar en logo, slogan o sitio web, responde esto:
¿Mi producto o servicio resuelve un problema real?
¿La calidad que prometo es la que entrego?
¿Hay algo que me hace diferente en fondo, no solo en forma?
¿Tengo evidencia (aunque sea mínima) de que la gente lo quiere?
Si la respuesta a estas preguntas es ambigua, el marketing no es el siguiente paso. La mejora del producto sí.
Lo que sí puede hacer el marketing (cuando el producto lo merece)
Cuando el producto es bueno, el marketing estratégico se vuelve una palanca:
Ayuda a posicionarlo en la mente adecuada.
Construye diferenciación real.
Genera confianza desde el primer contacto.
Facilita la recomendación y el boca a boca.
Permite escalar sin perder esencia.
Pero todo eso parte de algo que el marketing no puede fabricar: una propuesta con sustancia.
Primero valor, luego visibilidad
Construir una marca es un proceso serio. No se trata de “verse bonito”, sino de verse con intención. Y eso solo se logra cuando lo que hay detrás del diseño, del copy, del anuncio… es un producto que cumple.
En Abrije creemos en el poder del marketing, pero no como salvavidas, sino como altavoz.
Si tu producto aún no está listo, trabaja en él. Si ya lo está, entonces comunícalo con fuerza.
Porque el marketing estratégico no cura un mal producto. Lo expone.
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~Abrije